Sección El Árbol a Pichilemu.

Según el Ministerio de Industria y Obras Públicas, la extensión del ferrocarril a Pichilemu tendría como última fase la sección El Árbol a Pichilemu, la cual abarcaría desde la salida oriente del Túnel de El Árbol hasta Pichilemu. Sin embargo, en una memoria del Ministerio de Industria y Obras Públicas se hace patente que es la fase más complicada, debido a “lo accidentado del terreno que en su mayor parte es árido” (Ministerio de Industria y Obras Públicas, 1915 -1919).

Es más, era tan complejo el panorama que se vislumbraba en esta etapa, que se estaba pensando en la construcción de “tres túneles con una longitud total de 500 metros más o menos y un enorme movimiento de tierra en corte y principalmente en terraplenes, por cuanto el ferrocarril cruza gran número de quebradas de ancho considerable” (Ministerio de Industria y Obras Públicas, 1915 -1919).

Este era el futuro que se presentaba para proseguir con las obras del ferrocarril hacia a  Pichilemu. Por lo cual se decidió separar en dos secciones la etapa de El Árbol a Pichilemu: El Lingue a El Puesto y Larraín Alcalde (Ex El Puesto) a Pichilemu.

El Ingeniero Ascensio Astorquiza, inició el estudio del proyecto definitivo, pero el Ingeniero Alejandro Guzmán culminó este trazado con la ayuda del Ingeniero de sección Alberto Decombe, quien dibujó planos y redactó presupuestos, proyectos y memorias respectivas. Todo esto quedó finalizado en el año 1907.

En el mes de Abril del año 1909, el gobierno de Chile[1] licita la sección del Árbol a Pichilemu, “incluyéndose la superestructura desde la boca oriente del túnel del Árbol hasta el km 14.000, i la construcción de los edificios e instalaciones del paradero El Lingue” (Ministerio de Industria y Obras Públicas, 1915 -1919). Hay que hacer la salvedad que el túnel ya estaba construido, no obstante, se incluyó porque la sección comenzaba desde la entrada de la mega-estructura hasta la estación de Pichilemu.

Los proponentes eran:

Postulante

Precio moneda de oro de 18d El Árbol a Pichilemu.

Promedio Mensual Cantidad de Operarios.

1

Carlos Campos

$3.520.000,00

500

2

Eugenio Bobillier

$3.756.000,00

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3

Julio Aninat.

$4.197.000,00

500

4

Señores Germain, Sierra y Cia

$4.000.000,00

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5

Ramón Puelma Besa, Natalio Farinelli, Santiago Muñoz y Juan Antoine

$4.500.000,00

1.000

Cuadro: Postulantes a  la sección de El Árbol a Pichilemu, fuente Ministerio de Industria y Obras Públicas, vol. 2102.

 El día 15 de mayo de 1909 “se aceptó la propuesta del Ingeniero Eugenio Bobillier, quien se comprometió a ejecutar las obras en un plazo de cuatro años, por la suma alzada de $3.576.000 oro de 18d (Ministerio de Industria y Obras Públicas, 1915 -1919).

El día primero de Septiembre de 1909, se inician los trabajos de construcción en toda la Sección de El Árbol a Pichilemu, sin embargo, en la zona que a futuro sería la última fase Larraín Alcalde a Pichilemu quedaría abandonada el mismo año.

La construcción con el paso del tiempo avanza gradualmente, incluso queda habilitada para la explotación de ferrocarriles de carga y pasajeros, el paradero “El Lingue en Enero del año 1911” (Ministerio de Industria y Obras Públicas, 1915 -1919).

 Problemas en la continuación de las obras de El Árbol a Pichilemu.

El inicio de los problemas se observaron el 30 de Junio de 1912, ya que a través de un Decreto Supremo, se toma la decisión de terminar el contrato con el Ingeniero Bobillier.

Los motivos del término del contrato con el Ingeniero Bobillier, se basan en los siguientes argumentos:

1) “Que con la terminación de los trabajos de este ferrocarril en el breve plazo que resta del contrato, no se obtendrían los beneficios que se tuvieron en vista al decretarse su construcción, debido a que aún no se han iniciado las obras proyectadas en el Puerto de Pichilemu y sin cuya ejecución deja sin mayor importancia esta vía de comunicación a la costa” (Ministerio de Industria y Obras Públicas, 1910 - 1914).



Fig.
: Plano del recinto Estación El Lingue. Fuente: Archivo Nacional. Foto de Juan Cornejo T.

 2) “Que dada la situación de la Hacienda Pública conviene reducir los grandes gastos de carácter improductivos y que es preferible proseguir los trabajos de construcción de este ferrocarril por administración a medida que avancen las obras del Puerto y en proporción a los recursos disponibles” (Ministerio de Industria y Obras Públicas, 1910 - 1914).

Sin embargo, en la sesión n° 22 de la Cámara de Diputados del 6 de Julio de 1912, se menciona un reclamo del Diputado por la zona Ismael Pereira, sobre la supresión del contrato del Ingeniero a cargo de la sección El Árbol a Pichilemu: “Como esta medida del Gobierno acarrea grandes perjuicios, no solo al departamento de San Fernando, sino mui especialmente, también, a los intereses fiscales” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).

Es más, según la sesión 22° de la Cámara de Diputados (1912) se alude a que los contratistas tienen cierta preocupación por los dineros que el Estado debe cancelar, incluso “piden si no tiene inconvenientes ordene la liquidación del contrato, para lo cual ellos no pondrán dificultades” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).

Otro dato importante es el tema de los presupuestos, ya que tal como asevera el diputado Pereira en esa sesión (1912), plantea que al demorarse la aprobación de los dineros para continuar con la construcción de ferrocarriles – incluso el de Pichilemu “las obras públicas quedan paralizadas durante los meses de enero i febrero, produciéndose la disolución de las cuadrillas organizadas” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).


Fig.
: Estanque de agua de la estación El Lingue. Foto de Juan Cornejo A. Año 2007.

Aunque suene majadero, la carga es un tema central en la construcción del ferrocarril a Pichilemu, y esto es un argumento muy importante que incluso el diputado Pereira lo ocupa para ver lo necesario de la continuación de las faenas de dicha vía férrea:

“Se sabe que este ferrocarril realiza uno de los ideales de la política comercial ferroviaria que desde hace tanto tiempo debió adoptar el Gobiernos: la construcción de ferrocarriles transversales destinados a sacar a la costa por el camino mas corto i barato los productos de las zonas centrales del país” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).

Con esto, se puede observar cómo el tren a Pichilemu se tornó importante para la zona, sin embargo, ratificando aún más lo planteado por Pereira, se observa lo dicho por el Diputado Ismael Vicuña:

“A mi juicio, creo no equivocarme al decir que este ferrocarril es de capital importancia porque está llamado a servir la zona más rica del país. Este ferrocarril llevará a Pichilemu todos los productos de una inmensa zona agrícola que se estiende desde Rancagüa” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).

Más adelante Vicuña agrega que “el porvenir de la provincia de Colchagüa está vinculado a la salida de sus productos por la costa” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).

A pesar de eso, todavía se mantiene la incertidumbre si se continúa o se paralizan las obras, puesto que el país en esa época pasaba por una fuerte crisis, la cual motivó a un plan de reajustes económicos, siendo uno de ellos no seguir construyendo el ramal Pichilemu.

Vicuña incluso critica al Ministro de Industria y Obras Públicas, ante los dichos expresados por éste:

“Si estos trabajos hubieran sido llevados en una mejor forma i, también, con un mejor método, el ferrocarril ya habría pasado del puerto i estaría al servicio de la gran zona agrícola.

Aduce el señor Ministro de Industria i Obras públicas esta otra consideración, - que para mi no tiene ningún peso,- que en vista de que el puerto de Pichilemu no existe, ya que allí no hai muelle, no deben proseguirse los trabajos del ferrocarril” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).

Debido a esta visión donde Vicuña narra lo expresado por el Ministro de Industria refutó el planteamiento contestando:

 “Como comprenderán mis honorables colegas, ésta es una circunstancia que ni siquiera, es digna de ser tomada en cuenta; porque si este ferrocarril se construyera avanzando hacia las costa, se presentarían interesados que nos traerían capitales extranjeros: sabemos desde luego, señor Presidente, que los capitales franceses están siempre dispuestos a venir al país” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).

Incluso para dar cuenta de la importancia del ferrocarril Pichilemu, Vicuña planteó: “Tendríamos, entonces, señor Presidente, que avanzando el ferrocarril en cuestión, avanzarían, también, los materiales para el futuro puerto de Pichilemu” (Biblioteca del Congreso de Chile, 1912).


Fig.
: Material extraído del túnel de El Árbol y depositado detrás del Recinto Estación El Lingue. Año 2011. Foto de Juan Cornejo A.

 Pero la respuesta –del Ministro de Industria y Obras Públicas–, sobre el futuro del ramal de San Fernando a la costa fue la siguiente:

“En cuanto al Ferrocarril de El Lingue a Pichilemu, el gobierno no pretende terminarlo.  Cree que basta por el momento con solicitar los fondos necesarios para la conservación de las obras ya hechas, i para llevar este ferrocarril hasta un punto llamado El Puesto.

Este punto está lo suficientemente cerca de la costa para que puedan llevarse a Pichilemu los productos de cada zona, con lo cual quedará esta vía habilitada para prestar grandes servicios.

Ahora, la razón que ha tenido en vista el gobierno para desistir del proyecto de llevar este ferrocarril hasta el mismo puerto de Pichilemu, es mui obvia. La Comisión de Puertos no ha consultado en su plan general de obras de esta índole, el de Pichilemu.

De modo, pues, que construida esta línea hasta ese puerto, no podría prestar los servicios que se esperaban de ella, por falta de un complemento tan necesario como son las obras portuarias.

Por otra parte, como sabe la Cámara, hai otros ferrocarriles más importantes que éste, en cuya construcción está empeñado el Gobierno, i a los cuales debe darles preferencia en vista de la situación de nuestras finanzas” (Biblioteca del Congreso de Chile., 1913).

Esta respuesta, motivó a una dura y muy bien articulada réplica del Diputado Ismael Pereira:

“El año anterior, con motivo de una brusca liquidación del contrato para la continuación de la línea hasta el mar, quedaron paralizadas importantísimas obras, como terraplenes i túneles, que si el Gobierno no se preocupa de conservar, le significarán la pérdida de considerables sumas de dinero, pues con la acción de las lluvias i temporales, esos terraplenes se desmoronarán” (Biblioteca del Congreso de Chile., 1913).


Fig.
: Recinto Estación El Lingue, año 2012. Foto de Juan Cornejo A.

Aludiendo a ese último punto, Pereira (1913) en la sesión 39° hace hincapié que lo más conveniente es continuar la vía férrea hasta El Puesto, debido al poco campo de acción que posee El Lingue. Además esboza que “desde esa estación hasta la orilla del mar, hai una distancia insignificante” (Biblioteca del Congreso de Chile., 1913) y que:

“no veo inconveniente para llevar la línea hasta la orilla del mar, i si no se construye el puerto, -cosa en que yo ni pienso por ahora,- se podría hacer un pequeño muelle, un embarcadero que serviría mucho.  Porque a Pichilemu, que es puerto de mar mui tranquila, llegan los productos agrícolas de toda esa zona, i los de las importantes salinas de Cáhuil. Además, hai que tener presente que en toda esa costa de Colchagua no hai otra salida de mar que la que ofrece el ferrocarril a Pichilemu” (Biblioteca del Congreso de Chile., 1913).

En síntesis, se observa un nuevo antecedente, el cual es no concluir el ramal Pichilemu, por dos motivos: primero por problemas económicos que tenía Chile, lo que motivó a realizar ahorro en todas las aristas posibles; y segundo, porque no era del interés del gobierno, producto de la no construcción del Puerto.

Esto marca nuevamente al ferrocarril Pichilemu, ya que su base de construcción no era la necesidad de transportar pasajeros, porque este aspecto se transformó en una variable secundaria; sino que la carga y la edificación del Puerto en la bahía de Pichilemu justificaban la gran inversión que se estaba concretando.

Las últimas cosas señaladas, fueron los argumentos que utilizó el Ingeniero Santa María, para llevar a cabo la extensión del Ramal La Palmilla, pues incluso hasta la elección del trazado se debe al mayor aprovechamiento de los sectores de producción agrícola, que tendrían salida a través de la línea ferroviaria que conduciría al futuro puerto de Pichilemu.

Construcción de un camino de acceso y del paradero El Lingue.

Cuando los autores de esta obra analizaron los documentos sobre la extensión de Alcones a Pichilemu, hubo un momento en que no quedaba claro qué sucedía con el tramo desde El Árbol salida poniente del túnel a la estación El Lingue.

Es por ello que antes de hablar de la sección de El Lingue a El Puesto, por obligación se expondrá dos cosas: primero se detallará la construcción del camino público y después los antecedentes sobre el Paradero El Lingue.

 El camino público entre la estación El Lingue y El Puesto.

Para la construcción de un camino público desde la Estación o Paradero El Lingue hacia el puerto de Pichilemu, se gestaron dos propuestas, la primera era la construcción completa de una vía carretera que se iniciara en la Estación El Lingue y su destino fuese el futuro Puerto de Pichilemu; y la segunda opción, correspondía a la reparación del camino que poseía la Hacienda El Puesto.

La segunda propuesta, era bastante conveniente, incluso quien realiza las ofertas es la propia dueña de la Hacienda, en el siguiente escrito se observa lo señalado: