El Puerto en Pichilemu y la inauguración del Ramal San Fernando a Pichilemu.
En este apartado, se observarán dos hechos de importancia para Pichilemu,
pero que tuvieron diferente desenlace.
El Proyecto Puerto de Pichilemu.
Para que se
entienda, todo lo que se ha planteado sobre el ferrocarril de San Fernando a la
costa, es menester de los autores de la obra, escribir acerca del proyecto de
puerto, ya que de esta manera se puede entender el nexo entre la construcción
de la extensión del ferrocarril de Alcones y el Puerto Pichilemu.
Un puerto en Pichilemu[1]tenía
una gran importancia, ya que se quería aprovechar la riqueza de los productos
de la zona, utilizando como medio de traslado el ferrocarril.
Da la coincidencia que en el año
1888, se aprobó la extensión del Ferrocarril de La Palmilla, la cual tendría
como estación terminal Alcones, sin embargo, al encontrarse los estudios
concretados para que el tren llegase a la costa, la tentativa del puerto
dependía siempre y cuando se llegase a construir el tren hasta Pichilemu y
viceversa.
Luego de estos antecedentes, se
analizará el proyecto Puerto de Pichilemu, esto basados en los esbozos de los
Ingenieros Guillermard y Furnivall del año 1889 y los estudios efectuados por
el Ingeniero Camilo J. de Cordemoy.
El Ingeniero Guillermard consideraba como forma única de que existiese en Pichilemu un puerto seguro (el cual estuviese provisto con los elementos necesarios para la carga y descarga de los navíos que arribasen a la costa) tendría que contar con los siguientes elementos:
“a) Tener un rompe -
olas que iniciándose de la Puntilla situada al poniente del Puerto, siguiera
una línea curva continua en sentido
norte y noroeste, con su lado convexo dando frente al norte y noroeste,
y que tendría una longitud aproximada de 950 metros (3,025 pies) de largo, con
su punta en 55 a 40 pies de agua”
b) “Muelle en donde
atracarían los buques. Por la parte interior del rompe-olas, y que un ángulo
necesario se procedería a la construcción de tres muelles, considerando en cada
uno bien largo y ancho para acomodar allí dos de los más grandes buques que
serían de transporte comercial de la zona”
Ante esto, “los muelles estarían
dotados de aparatos mecánicos necesarios para poder realizar el transbordo
directo de los barcos mercantes a los carros y viceversa”
Fig.: Parte de la Rada de Pichilemu, al fondo se observa la zona proyectada para la instalación del Puerto. Imagen Juan Cornejo A, año 2009.
Por lo tanto, los barcos
entrarían en el puerto “más allá de la extremidad del ala exterior del
rompe-olas”
De esta forma, la construcción
posee las siguientes ventajas:
a) “Dejaría el
mínimo peligro que ofrecen en el puerto
los depósitos de arena movediza traídos del sur, esto se debe a que la forma
proyectada del rompe-olas, estas serían arrastradas mucho más allá del puerto y
hacia el noroeste,
y de esta manera como sucede actualmente no se
depositarían cerca de la punta del puerto”
b) “Al interior del puerto los
buques anclados estarían abrigados de los fuertes temporales del norte y
noroeste en el periodo invernal, con esto previniendo los peligros que ofrecen
los demás puertos de la costa, expuestos a los vientos”
c) “Así de esta forma se
lograría obtener una gran zona de agua mansa y con ello se podría realizar en cualquier época del año las
operaciones de carga y descarga de los buques”
Cabe señalar, que se podría
obtener sin duda la proyección más absoluta en este lugar, realizándose la
construcción de otro rompe-olas al este del muelle del señor Ortúzar, y que
siguiendo una dirección noroeste, se llegara a unir con la extremidad del
rompe-olas proyectado. Es decir, con esto último bastara para asegurarse una
amplia extensión de agua mansa, abundante para las presentes y futuras
operaciones del puerto.
Según la visión de Guillermand,
la “producción en el año 1885 de la zona que podrían servir al puerto de
Pichilemu, Valparaíso y Talcahuano”
Pichilemu |
418,581 acres |
641,030 grs |
Valparaíso |
200,259 acres |
343,393 grs |
Talcahuano |
674,542 acres |
836,713 grs |
El importe de
los trabajos del puerto, según el proyecto del ingeniero señor Guillermard,
“alcanzaba la cantidad de $6.241.117 de 24 peniques”
Ahora, la
propuesta construida por el Ingeniero señor W. C. Furnivall[2], en
respuesta fechada el 24 de Mayo de 1890, propone lo siguiente sobre el proyecto
en cuestión:
“Habiendo llegado a Chile, el señor Guillermard ya había preparado por
instrucciones del señor Agustín Ross un proyecto en relación a un puerto en
Pichilemu. Estaba compuesto el proyecto de un rompe-olas, del cual, se
extenderían tres muelles a un ángulo de cuarenta y cinco grados, dejando esto
un espacio, para seis buques y con una profundidad de más de seis metros y
hasta siete, si se dragara el sitio adecuado para recibirlo. Se proyecta
también un malecón para la carga y descarga. La plataforma del rompe-olas se
encontraría situada a 17 pies 51/2 pulgadas sobre el nivel de la más alta
marea, y la del malecón para las lanchas
a 7pies 91/2 pulgadas sobre el referido”
Luego de esto
Furnivall, responde que esta construcción presentaría tres inconvenientes:
a) “De la
estabilidad del rompe-olas dependería el acceso a los buques y de su inmunidad
contra el barrido de las olas durante fuertes temporales”
b) “La
incertidumbre respecto al grado de protección que ofrecería para calmar la
agitación de las aguas en la bahía”
El segundo
problema es el que más preocupa, ya que, “la dirección de los temporales de
norte a noroeste, provocara siempre gran agitación en la bahía, aunque se
ubique construido el rompe-olas”
c) “La atenuante
que se acumule arena en el costado que se halla abrigado”
Este último
inconveniente no deja ninguna posibilidad y descarta por completo todo el
proyecto:
“la arena de la bahía es removida aún cuando ocurre un fuerte arrastre de
las olas por el suelo y por los temporales violentos este movimiento
aumenta; también es de conocimiento que
el cieno y la arena son acarreados a lo largo de la costa y en suspenso por las
corrientes del litoral, y que en la bahía de Pichilemu es depositada una
parte de esta arena, por la cual la
extremidad o la base del rompe-olas que se encuentra cerca de la tierra, al
aquietar las aguas de la bahía, se transformaría en un depósito de arena muy
ideal para formar bajas y descartar paulatinamente el proyecto que se tiene en
vista, y al menos que no se realicen trabajos de dragaje y los bastante para
mantener el equilibrio”
Al
comienzo:
“el depósito de arena en la punta del rompe-olas sólo se hallaría a 13
metros de profundidad, pero paulatinamente las aguas turbias y agitadas irían
avanzando hacia las partes más bajas de la bahía y depositarían sus sedimentos
en donde hubiera agua mansa, en toras palabras por el costado del rompe-olas
que se halla abrigado”
En este caso la
situación quedaría en una lucha de “la draga contra el depósito de cieno, lucha
que no sería prudente emprender, y por consiguiente no se puede presentar un
proyecto que solo presente un
rompe-olas”
Sin embargo, el
texto nos hace la siguiente advertencia:
Al proyectar un
buen puerto para Pichilemu, hay que tener muy presente lo siguiente:
a) “La eficacia
de la construcción; b) Que su tamaño sea de acuerdo a las exigencias del
servicio marítimo”
Furnivall
apuesta la idea de construir el rompe-olas con un muro “de piedras sueltas,
cubierto y protegido con grandes bloques de piedra o concreto, que pesen
aproximadamente 30 toneladas o más”
No es
indispensable que dicho rompe-olas tenga más “de 5 pies de altura sobre el
nivel de la más alta marea, pero el ancho en la parte superior deberá medir 35
pies”
Para ello:
“la línea interior de protección deberá proveer acceso a los buques desde
tierra y debería estar compuesto de pilares a tornillo de fierro fundido, bien
sujeto, afirmando un piso formados de travesaños de fierro fundido y de un entablado de
madera, con un ancho suficiente para tres líneas de ferrocarril. El costado
exterior de este muelle y hacia, el este, debe estar protegido por un montículo
de piedra hasta el nivel de la más alta marea”
Para establecer
el tamaño del puerto, es menester, “calcular primero cual será la importancia
del tonelaje de los buques que habrían de encontrarse a un tiempo en la bahía,
de acuerdo a ello calcular el espacio que ocuparían en los muelles”
“En un principio las necesidades de la población de las provincias que
están interesadas en el establecimiento de un puerto en Pichilemu, puedan ser
estimadas y sin exageración en 85.000
toneladas de importación anuales y otras tantas de exportación, es decir
calculando 300 días de trabajo a l sumo 7.000 mil toneladas aproximadamente por
día, que un solo buque podría cargar o descargar, contando eso sí con buenos
equipos mecánicos. Ante las diversas fluctuaciones que el comercio
experimenta en distintas épocas del año,
es por turno, reservar sitio en los muelles para cuatro buques a la vez, además
del espacio necesario para que estos puedan fondear dentro del recinto
abrigado, todo esto para reservar la posibilidad de agrandar el puerto a medida
que las necesidades del país vayan justificando mayor gasto. Según ello va
formando mi presupuesto y en el plan adjunto esta indicado la forma del puerto
que, a mí juicio, habría de satisfacer las necesidades durante algunos años, y
en línea puntuada la que sería posible adoptar para agrandar y tener un recinto
abrigado que mida 70 acres”