El Ramal Pichilemu y el Turismo
El tren a
Pichilemu, no queda fuera de su influencia al turismo. Dicha información se
puede observar en el aumento de frecuencias en verano. Según las entrevistas,
con varios ferroviarios que trabajaron en el ramal, se recuerdan mucho de los dos
servicios cotidianos[1]; no
obstante, se agregaban otros solo cuando había más público, estos eran el: 11-A
y 12-A[2] y el
Excursionista[3]. Este último, también es
habilitado en otras partes del país, como por ejemplo el excursionista que
salía desde Estación Alameda con destino a Cartagena.
En el caso del
ramal Pichilemu, el balneario del mismo nombre, ha sido el centro de diversos
escritos donde se destaca que es bastante visitado, incluso desde antes que
llegara el ferrocarril a esta zona.
Algunos datos
que pueden atestiguar la gran afluencia que experimenta Pichilemu, se observan
en que “su origen como balneario se remonta a 1885, cuando Don Agustín Ross
Edwards da inicio a la construcción de importantes obras arquitectónicas” (http://www.pichilemu.cl/pichilemu.php).
Como una forma
de comprobar lo planteado, la siguiente cita del año 1916 explica la situación
en la cual se encuentra Pichilemu: “hoy por hoy, solo existe un balneario bien
instalado y muy concurrido” (Marín, 1916: 244).
Con estos
primeros antecedentes, ya se puede observar un turismo primario, en este caso
se puede exponer que el precusor fue Agustín Ross, al instalar un casino y un
parque. Sin embargo, también se visualiza la influencia del ferrocarril, ya que
en la cita del año 1916[4], el ferrocarril
llegaba hasta la Estación El Lingue, donde esta última estaba conectada con
Pichilemu a través de un camino que fue expropiado al fundo El Puesto, lo que
motiva a pensar que el tren ya había iniciado el proceso de traslado de turistas
hacia este balneario.
Complementando
la información del turismo que se está iniciando en este balneario, la revista
En Viaje en el año 1935[5], hace un
artículo donde destaca que se puede llegar por tren y describe los servicios
básicos que tiene:
“El
trayecto en tren, desde San Fernando, cabecera del ramal que lleva a Pichilemu,
es imponente; zonas de inmensa producción vinícola; hermosos sembrados; etc.
Más al poniente, desde Alcones hasta Pichilemu, tiene panoramas magníficos;
grandes quebradas, fértiles valles; obras de ingeniería grandiosas y entre
ellas el famoso túnel de El Arbol, que hasta hace poco era uno de los más
largos de Sud América. Ya en Pichilemu, el viajero encontrará un pueblo
pintoresco, aseado y atrayente, de hermosas calles y amplias avenidas, que
desde un principio conquistan al viajero. Y, sobre todo, su grande y limpia
playa que invita a los paseos. Como pueblo de recursos, Pichilemu ofrece a los veraneantes comodidades
y servicios de que carecen otros balnearios. Posee luz eléctrica,
servicios de correos y telégrafos bien
atendidos. Cuenta también con servicio médico propio, boticas, tiendas, etc.” (E.S.J., 1935: 3).
Fig.: Publicidad del Hotel Ross de Pichilemu. Fuente: Revista En Viaje, Edición n° 14 Diciembre de 1934, pág. 42.
Fig. : Fachada del Hotel Ross. Foto original y gentileza Sr. José Luís Arraño Lizana.
Otro hotel – que incluso está relacionado al ramal, gracias a que la esposa de Don Manuel Córdova, quien fue una de las pasajeras del primer tren a Pichilemu[6]– es el San Fernando, “situado en pleno centro, en la Avenida Ortúzar y que también cuenta con muchas comodidades y espléndida cocina” (E.S.J., 1935: 3).
Fig.: Publicidad del Hotel San Fernando. Fuente Revista En Viaje, edición n° 14;
Sin embargo, el dato más curioso es que en verano, “la Municipalidad de Pichilemu contrata bandas de músicos que amenizan las horas del baño en la playa y toca retretas en la Avenida Ortúzar, tocatas que son aprovechadas por la juventud para entregarse a las delicias del baile” (E.S.J., 1935: 3).
Fig.: Fachada del Hotel San Fernando.Foto original y gentileza Sra. Mirna Córdova C. Diciembre de 1935, página 42.
Ahora en el libro Ferrocarriles de Chile: Historia y Organización del año 1943, reconoce y publicita a Pichilemu como “el balneario principal de la Provincia de Colchagua” (Matus & Vassallo, 1943: 440) y que:
Como una forma de informar el famoso cómo llegar, los autores del
libro señalado, señalan que “Pichilemu está situado al término de un ramal
ferroviario que parte desde la estación San Fernando, en la línea principal” (Matus & Vassallo, 1943: 440).
Tal es la situación de Pichilemu, donde se muestra la relación ferrocarril - turismo, ya que fomenta la visita de este balneario a través de la utilización del tren y a la vez destacando ciertos lugares de interés, cercanos a la costera ciudad, como por ejemplo, el mismo reportaje de 1935 señala a Punta de Lobos; Los Pinos, la Laguna de Cáhuil; al propio pueblo de Cáhuil que aparte de recomendar hoteles y restaurantes, enfatiza:
“en este lugar se encuentran situadas las famosas Salinas que en la época del verano están en plena producción de sal, lo que agrega un motivo más de interés para la curiosidad del viajero, ya que puede conocer el proceso de elaboración natural de la sal” (E.S.J., 1935: 5).
Fig. : Trabajadores extrayendo sal de Cáhuil, al fondo se observa la laguna de Cáhuil. Foto original de Juan Cornejo A., año 2013.
Indagando un poco más sobre la actividad turística del balneario de
Pichilemu, se pudo encontrar diferentes atractivos que la Revista En Viaje hace
de Pichilemu y sus alrededores. Por ejemplo, en la edición nº 63 del año 1939,
en un artículo que promociona playas de Chile, el autor recalca que “más al sur, desde San Fernando
parte ramal ferroviario que lleva al balneario Pichilemu, uno de los puntos más
concurridos durante el verano por ser sus aguas adecuadas para el baño. Existen
buenos y cómodos servicios públicos” (En Viaje, 1939: 35).
Fig.: Veraneantes en playa de Pichilemu, año 1915. Foto original y gentileza de José Luís Arraño Lizana.
En la edición nº 223 del mes de Mayo de 1952, hace alusión a los factores que son atractivos para Pichilemu, donde destaca sus extensas playas y en Cáhuil a las salinas, no obstante, propone la visita de “El Ciruelo, poblado humilde, pero con grandes afanes rurales. Ha sido la cuna de algunas personas ilustres, entre otras del Cardenal José María Caro” (Illanes, 1952: 55).
Fig.: Pueblo de Ciruelos, imagen tomada desde la Iglesia de San Andrés. Foto Original de Juan Cornejo A., año 1996.
De esta manera se puede afirmar categóricamente, que el ferrocarril con el agregado de revistas como la En Viaje, motivaron aún más, al ya existente flujo de turistas, la visita de la costa de Pichilemu, con lo cual se observa la influencia del tren en el campo naciente del turismo.
[1] Los servicios comunes eran el 11
(Alameda - Pichilemu); 37 (tren local San Fernando a Pichilemu) y el carguero
235. En los servicios de regreso, estaba el 12 (Pichilemu a Alameda); 38 (Pichilemu a San Fernando) y el
carguero 236.
[2] Servicio expreso Alameda a
Pichilemu y viceversa, el cual se detenía sólo en algunas estaciones y a la vez
se ofrecía cuando existía mucha demanda.
[3] Servicio que se realizaba
sólo los meses de verano y los días domingos, partía temprano en la mañana y
regresaba en la tarde.
[4] Cabe destacar que al publicar la
edición del libro de Santiago Marín Vicuña en el año 1916, el ferrocarril
llegaba sólo hasta El Lingue y estaba en construcción hacia Larraín Alcalde.
[5] Ver en los anexos reportaje
completo
[6] Ver en la cuarta parte, en
el capítulo I: Biografías de Actores Directos e Indirectos.
[7] Ver
en la quinta parte, los reportajes sobre San Fernando.